domingo, 29 de noviembre de 2009

Papá Noel

He de reconocer que no me gusta especialmente la Navidad. Qué le vamos a hacer. La encuentro, sobre todo, demasiado larga últimamente. Se empeñan en hacernos creer que ya está aquí, y una no acaba de reconciliarse con la idea de que dure dos meses.

Así que a la librería empiezan a llegar los libros de temática navideña. Hay pocos rescatables: Navidad en familia, de Kestius Kasparavicius, en FCE; Olivia recibe la Navidad, de Ian Falconer; El cuento de los Reyes Magos (bien contado) de Dominique Jorand. Pero pocos títulos realmente buenos. Yo me quedo con Cuando a Matías le entraron ganas de hacer pis la noche de Reyes, de Chema Heras, ilustrado por Kiko da Silva.

Y por supuesto, con Papá Noel, de Raymond Briggs, recién reeditado por La Galera.

Todos nos imaginamos a Papá Noel como un hombre simpático y bonachón, rebosante de alegría y buen humor. Raymond Briggs nos presenta en este álbum con formato de cómic -como el otro clásico rescatado el año pasado también por La Galera, El muñeco de nieve-, a un Papá Noel alejado de los tópicos: un hombre gruñón, que está de mal humor porque tiene que trabajar en Navidad cuando en realidad, lo que le apetece, es sentarse tranquilamente en su casa a leer un buen libro (ay, no sabéis cómo le entiendo).
Un libro para reírse a carcajadas de la Navidad, pero también de nosotros mismos.


Papá Noel. Raymond Briggs. La Galera, 2009 (primera edición, 1973)

domingo, 15 de noviembre de 2009

Chamario

Es difícil escribir poesía. Aún más, escribir poesía para niños. Versos inteligentes, juguetones, sencillos pero no simples, que provoquen emociones sin ser ñoños. Si me preguntan, les diré que Chamario es el ejemplo perfecto. Y para muestra, un botón; quiero decir, un poema:

El tren

Por la puerta de mi casa
va pasando un tren-tren-tren.
Si se para, yo me monto
y a ti te monto también.

Sus vagones son veloces,
los viajeros no se ven.
Si se para yo me monto
y a ti te monto también.

Muchos dicen que no existe,
pero están en el andén.
Si se para, yo me monto
y a ti te monto también.

Mi abuelo cuando era niño
viajó mucho en tren-tren-tren,
después se puso viejito
contando del uno al cien.

Si se para, yo me monto
y a ti te monto también.

Chamario. Eduardo Polo. Ilustraciones de Arnal Ballester.
Ekaré, 2004.

lunes, 9 de noviembre de 2009

un tándem perfecto

Elena Odriozola ilustra un maravilloso texto de Julio Cortázar

"Aplastamiento de las gotas". Julio Cortázar. il. Elena Odriozola. Editorial Laberinto de las Artes