domingo, 10 de mayo de 2009

Nana Vieja

Margaret Wild; ilustraciones de Ron Brooks.
Caracas: Ekaré, 2000

Hay preguntas de los niños que tememos. Aunque las esperamos, cuando llegan, nos pillan desprevenidos, nos desarman, nos desconciertan. Suelen ser preguntas existenciales, casi filosóficas, que necesitan resolver para conocer el mundo, para entender y entenderse. Preguntas que no tienen una respuesta única, y que nos enfrentan con nuestras propias dudas, con nuestros propios miedos.
Las preguntas sobre la muerte llegan pronto, cuando los niños son muy pequeños y un día, de repente, entienden que la vida no es eterna, y temen morirse y ver morir a las personas queridas.

Quizás sea éste un buen momento para compartir Nana Vieja con ellos, para sentarles en nuestro regazo, mecerles, y en una intimidad como la que comparten en la cubierta, sentadas en una barca, las dos protagonistas, comenzar a leer:

“Nana Vieja y su nieta había vivido juntas por mucho, mucho tiempo…”

Inmediatamente nos veremos transportados a sus maravillosos paisajes de pinceladas impresionistas, y compartiremos con sus protagonistas, dos cerditas que despiertan ternura, su vida cotidiana en su casa en el campo.
Hasta que de pronto, los colores cambian. Llega el otoño. Nana Vieja presiente que su muerte se acerca y siente la necesidad de prepararse para ella. Pone sus cosas en orden, y le pide a su nieta Chanchita que la acompañe a despedirse de todo aquello que la ha hecho feliz: el atardecer sobre el lago, el brillo de la luz sobre las hojas, el olor de la lluvia… el legado que quiere dejarle a su nieta en herencia: la magia de las pequeñas cosas.

Cuando cerremos el libro, es muy probable que lo hagamos con lágrimas en los ojos. También con ojos llenos de preguntas. Quizás necesitemos leer juntos este libro muchas veces. O tal vez sólo una. Pero tengo la certeza de que volveremos a él. Porque las preguntas como ésta requieren días, meses, años para contestarse, y algunas no terminan nunca de responderse.

Por eso es tan difícil escribir para niños. Es difícil no caer en la tentación de sobreprotegerles, de ofrecerles un mundo edulcorado, amable y perfecto, en el que las cosas desagradables, como la muerte, no tienen cabida. Es difícil no tratarles con condescendencia, ofreciéndoles respuestas simplistas a sus preguntas complejas.Por eso este libro tiene tanto valor: Porque Margaret Wild y Ron Brooks nos ofrecen una respuesta sencilla, pero no simple. Una explicación natural, exenta de dramatismos, del ciclo de la vida; un modelo para enfrentar nuestros miedos y aceptar la muerte (y también la vida) con madurez y valentía

4 comentarios:

  1. Bienvenida y buena suerte, amor.
    Ya encontraste tu espacio.

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  2. Me has regalado una sonrisa...no tengo mucho que decir, apoyo a Linterna Roja...y te seguiré leyendo en este nuevo espacio.
    un abrazo,
    C.

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  3. pues me gustaria poder ver todo el cuento de nana vieja kon las imagenes y todo pero ese cuento al final era muy triste por que nana vieja muere pero bueno todo tiene un comienso y un final besos muaa...!!!

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  4. es un excelente libro la nana magica ya q los niños pueden ver la muerte menos dolorosa hacia un familiar. felicidades!!!! por este espacio.!!!!

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