Ahora bien, hay unas cuantas excepciones. Entre ellas se encuentran Popville, de Anouk Boisrobert y Louis Rigaud, publicado este año por Kókinos. La versión de El principito de Salamandra, con el texto íntegro (lo cual agradezco enormemente), cuya primera edición se agotó nada más salir. Y la versión de El mago de Oz de Sabuda, publicada por Kókinos, junto con Alicia en el País de las Maravillas y Peter Pan (que me gustan bastante menos).
Entre las excepciones destacan también los libros de David Carter, verdaderas arquitecturas en papel que invitan al juego: El punto rojo, El 2 azul, 600 puntos negros, Cuadrado amarillo y el increíble Los elementos del pop-up, que te explica paso a paso todas las técnicas que utiliza en la realización de sus obras.
El autor nos presenta en este vídeo todos sus libros, incluido el último que aún no está publicado. (Aunque no entendáis inglés, es tan visual y expresivo que merece la pena verlo)
The Pop-Up Artist from Manny Crisostomo on Vimeo.
Tampoco en la charca somos muy amantes de los libros pop-up, y estamos contigo en que la versión del topo enorpece más que enriquiece. Añadiríamos a la lista de aciertos el ABC de Kokinos.
ResponderEliminarMuchas gracias por el enlace, cualquier día damos un salto hasta ese bosque que frecuentas.